miércoles, 15 de junio de 2011

PARA TODOS LOS FAMILIARES DE UN NIÑO ESPECIAL

 
Bienvenidos a Holanda 
                                                                                                      
      Con frecuencia me piden describir la experiencia de criar a un hijo con discapacidad para intentar que las personas que no han compartido esa experiencia única la comprendan, se imaginen como se sentiría. Es algo así…
       Cuando Ud. Va a tener un bebé, es como planificar un fabuloso viaje de vacaciones a Italia. Ud. Compra las Guías de viaje y hace planes maravillosos. El Coliseo. El David de Michelangelo. Las Góndolas de Venecia. A lo mejor hasta aprende algunas frases útiles en italiano. Todo es muy emocionante.
      Después de varios meses de impaciente espera, el día finalmente llega. Ud. Hace sus maletas y se marcha. Varias horas después, aterriza el avión. La aeromoza se acerca y anuncia: “Bienvenidos a Holanda”.
      “¡¡¡ ¿Holanda?!!, se dice Ud., ¿cómo que Holanda?  ¡Yo me anoté para viajar a Italia! Se suponía que estaría en Italia. ¡Toda mi vida he soñado con viajar a Italia!
      Lo importante es que no la han llevado a un lugar horrible, asqueroso, sucio, lleno de pestilencia, hambruna y enfermedad. Sólo se trata de un sitio diferente.
      Así que Ud. Deberá salir y comprar nuevas Guías. Y deberá aprender un idioma completamente distinto. Y conocerá a un grupo de gente nueva que, de otra forma, nunca hubiera conocido.
      Sólo se trata de un lugar diferente. El ritmo es más lento que en Italia, menos extravagante que en Italia. Pero después de permanecer allí por un tiempo y retomar el aliento, Ud. Contemplará sus alrededores y comenzará a notar que Holanda tiene molinos de viento, que Holanda tiene tulipanes y que Holanda hasta tiene Rembrandts.
      Pero todos a quienes Ud. conoce están ocupados yendo y viniendo de Italia… y alardeando acerca del tiempo maravilloso que pasaron allá. Y por el resto de su vida, Ud. dirá “Si, ese era mi destino. Es lo que había planeado.”
       Y el dolor de esto nunca pero nunca, nunca, nunca desaparecerá del todo… porque la pérdida de ese sueño es una pérdida muy significativa.
       Pero… si Ud. pasa su vida en duelo por no haber llegado a Italia, puede que NUNCA SE SIENTA LIBRE PARA DISFRUTAR DE LAS COSAS TAN ESPECIALES, TAN HERMOSAS DE HOLANDA.

Emily Perl Kingsley

jueves, 2 de junio de 2011

Niñez vulnerable

Hablar de niñez es hablar de vulnerabilidad,  es hablar de desventajas en relación a los adultos, desventajas dadas por la clara diferencia de edades y la no tan visibilizada diferencias de poder.  Como adultos tenemos el poder de  favorecer  la formación y el crecimiento de los niños tanto como de utilizarlos de blanco de nuestras inseguridades sometiéndolos a juegos innecesarios de poder. Para ejercer un poder negativo sobre los niños, no son necesarios los golpes, es suficiente con coartarles toda libertad de elección, hacerlos sentir incapaces de realizar nada por sí mismos, creer y hacerles creer que cuanto más ordenes acata mejor se está educando.
Algunas frases resuenan en nuestras memorias:
“No corras que te vas a caer”… en vez de “cuando corras mira por donde andas”,
“No toques nada”… en vez de “podes tocar estás cosas pero estas no”,
“deja de llorar, me estás dejando sorda/o”… en vez de “entiendo que estés enojado, te voy a ayudar a solucionar esto”,
“No! No! No!”… en vez de “esto sí, pero esto otro no”.
Siempre será más favorecedora y promotora de aprendizajes significativos la posibilidad de elegir entre varias opciones, antes que la exigencia (no siempre justificada y muchas veces caprichosa) de cumplir con una consigna dada.
Por supuesto que como digo siempre “hay cosas que no se negocian”, pero siempre deben ser planteadas en un marco de “alternativas posibles”.
Para todos los niños  siempre hay alternativas posibles.     
Rosana Kees
Lic. Psicopedagogía